Rusia

Casa Saratov

El día 15 de junio de 1994, por petición del  Arzobispo de Moscú Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, inicia la misión en Saratov, situada a unos 858 km al sureste de Moscú, sobre el lado derecho del río Volga.

Una vez que fuimos presentadas a la comunidad parroquial y a una semana de haber llegado, preparamos nuestra capillita para que estuviera lista el día 22 de junio, día de nuestra transformación en el que nuestro párroco, después de bendecir la capilla bendijo también la casa.

Y así finalmente se hizo realidad el gran deseo que nuestra Madre fundadora tenía al pedir por esas tierras que, estaban necesitadas del amor de Dios.

APOSTOLADOS
  • Asistencia en la Catedral (acogiendo a las personas que la visitan)
  • Sacristía
  • Preparación a los sacramentos de la Confesión, y Primera Comunión de niños
  • Preparación al sacramento de Confirmación, especialmente a los jóvenes extranjeros que aún no la han recibido.
  • Catequesis para jóvenes extranjeros venidos de Africa, India, Sudamérica, etc.
  • Celebración Eucarística y catequesis en las parroquias filiales y en casas de familias que se ven imposibilitadas de asistir a la Catedral ya que se encuentran entre los 100 y 150 km de ésta.
  • Visita a los enfermos
  • Animación litúrgica 

Misión Pyatigorsk

La nueva comunidad en Pyatigorsk, Rusia surge el día 22 de junio de 2007 en dónde los católicos han conservado su fe gracias a los misioneros que, dejando su Patria han llevado el mensaje de salvación a través del testimonio basado en las palabras de San Pablo en la segunda carta a los Corintios: “Urge que Cristo reine”. Así como ellos, nuestra querida Beata Madre fundadora Ma. Inés Teresa Arias, colaboró haciendo posible nuestra presencia en estas tierras caucásicas rusas.

Desde entonces y hasta ahora, encomendamos la misión a nuestra Madre del Tepeyac para que sea Ella, quien la guíe siempre.

APOSTOLADOS
  • Asistencia parroquial
  • Catequesis a niños, jóvenes y adultos católicos
  • Animación litúrgica
  • Formación de los acólitos
  • Formación en el arte culinario
  • Visitas a enfermos
  • Visitas a las familias católicas

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Nuestros patrones
San José

San José fue el esposo de la Virgen María y el padre adoptivo de Jesús. La Biblia nos lo presenta como un hombre bueno, justo y trabajador. Era carpintero y artesano, y con su esfuerzo cuidó y sostuvo a la Sagrada Familia.
Su vida nos enseña el valor del trabajo hecho con amor y dedicación, y cómo desde lo sencillo se puede colaborar en los planes de Dios.
San José es patrono de toda la Iglesia, y también es copatrono de nuestra Congregación, las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Desde los inicios, Madre María Inés lo eligió como protector de esta obra misionera, confiando en su ayuda y guía para acompañar a los misioneros en su camino.
Hoy seguimos sintiendo su cercanía, su silencio lleno de fe y su protección como padre amoroso.

Nuestros patrones
Virgen de Guadalupe

La Virgen de Guadalupe se apareció en 1531 a Juan Diego, un hombre sencillo y creyente, en el cerro del Tepeyac (hoy parte de la Ciudad de México). Le pidió que se construyera un templo en ese lugar, como muestra de su amor y cercanía con su pueblo.
Desde entonces, la Virgen de Guadalupe es una madre muy querida, especialmente por los pueblos de América Latina. Ella es un símbolo de consuelo, esperanza y ternura para quienes confían en su intercesión.
Para nosotras, las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, la Virgen de Guadalupe tiene un lugar muy especial. El 12 de diciembre de 1930, durante su profesión religiosa, nuestra fundadora Madre María Inés Teresa vivió una experiencia espiritual profunda: sintió en su corazón que la Virgen le prometía acompañarla en su misión y darle las gracias necesarias para tocar los corazones de muchas personas
Desde ese día, María de Guadalupe es nuestra patrona y madre espiritual, y sabemos que camina con nosotras en cada paso de nuestra vocación misionera.

Alegría

La alegría es una marca que queremos llevar siempre. Nuestra sonrisa no es solo por fuera, es una expresión de lo que sentimos por dentro: una gratitud profunda por ser llamadas por Dios y amadas por Él. Esa alegría brota de sabernos suyas, de saber que nuestra vocación es un regalo.

Eucaristía

Para nosotras, Jesús en la Eucaristía lo es todo. Él es quien nos guía, quien nos ama y nos da fuerza. La misa, la adoración, y todo lo que rodea al Santísimo Sacramento es el centro de nuestra vida. Es el alimento que nos nutre el alma y el corazón.

Mariana

Tenemos un cariño muy especial por la Virgen María. Ella es nuestra Madre, nuestra guía y nuestro refugio. En especial, reconocemos a la Virgen de Guadalupe como nuestra patrona. A Ella le confiamos nuestros sueños, nuestras misiones y la conversión de las almas.

Misionera

Nuestra forma de ser misioneras no siempre es viajando o predicando con palabras. Muchas veces nuestra misión es rezar, ofrecer sacrificios y estar disponibles para ayudar en la conversión de los corazones. A través de la oración y el servicio, buscamos acercar a las personas al amor de Dios.

Sacerdotal

Sentimos que Jesús nos invita a seguirlo muy de cerca, como lo hizo en su vida pública, entregándose completamente a los demás. Nosotras también queremos vivir así: dándonos sin reservas y agradeciendo la oportunidad de ofrecer nuestra vida por amor, igual que lo hizo Él. Queremos ser una especie de «ofrenda viva», unidas a Jesús Sacerdote, para el bien de todos.