UNA NUEVA PAGINA DE LA HISTORIA

Escrita en Japón, con la de la multiculturalidad Los momentos históricos en la vida de una Congregación se van escribiendo entre líneas de fe, esperanza y el deseo de seguir cumpliendo con la misión que Dios encomendó al fundador, en el caso de nuestra congregación de Misioneras Clarisas, la misión encomendada a la Beata María Inés Teresa. Una de estas páginas recientemente escrita, se escribió el 17 de septiembre de 2025 tras la llegada a la Región de Japón de las dos primeras misioneras clarisas, las hermanas Aseema Badra y Amisha Kispotta, provenientes de la Región de India. Imaginen la escena, en el aeropuerto de Haneda, en Tokyo las Hermanas Aseema y Amisha bajaron del avión con sus sonrisas radiantes, llenas de alegría, anhelos y esperanzas ya que han llegado a la misión que la Beata María Inés, quiso tanto, por ser la Primogénita misión de la Congregación. Nuestro Espíritu de Familia: Donde las Culturas se Abrazan En la comunidad de Tokyo, integrada por hermanas japonesas, mexicanas y costarricenses, se les recibió con los brazos abiertos y todo el espíritu de familia que nos caracteriza. Hubo flores, cantos oración de acción de y mucho cariño para nuestras hermanas.   Este encuentro nos recordó una verdad preciosa, que nuestras comunidades son bellamente multiculturales. Podemos venir de diferentes países, hablar distintas lenguas y tener costumbres variadas, pero es Cristo el centro de nuestra vida y misión. Él es la fuerza capaz de integrar todas las culturas, ¡y no saben cuánto enriquece esto nuestros apostolados! Esta diversidad es parte de nuestro tesoro, y una potente herramienta que nos permite servir mejor y con más amor a cada persona. ¡Un Llamado a la Esperanza Cumplido! La llegada de las Hermanas Aseema y Amisha a Japón es un testimonio vivo de que la misión sigue latiendo con fuerza. Fue un recordatorio poderoso de nuestro compromiso de llevar el amor de Jesús y de su Santísima Madre a cada rincón. Nos encomendamos mucho a sus oraciones por ellas en esta nueva etapa. ¡Con la fe y certeza de que, con la llegada de estas hermanas, las puertas de Japón se han abierto aún más para el Evangelio! ¡Te invitamos a seguir de cerca nuestro blog y redes sociales para conocer más la vida y obra de la Beata María Inés Teresa y como las Misioneras Clarisas van transformando, con su labor y presencia la vida de muchas personas!

Escrita en Japón, con la de la multiculturalidad

Los momentos históricos en la vida de una Congregación se van escribiendo entre líneas de fe, esperanza y el deseo de seguir cumpliendo con la misión que Dios encomendó al fundador, en el caso de nuestra congregación de Misioneras Clarisas, la misión encomendada a la Beata María Inés Teresa.

Una de estas páginas recientemente escrita, se escribió el 17 de septiembre de 2025 tras la llegada a la Región de Japón de las dos primeras misioneras clarisas, las hermanas Aseema Badra y Amisha Kispotta, provenientes de la Región de India.

Imaginen la escena, en el aeropuerto de Haneda, en Tokyo las Hermanas Aseema y Amisha bajaron del avión con sus sonrisas radiantes, llenas de alegría, anhelos y esperanzas ya que han llegado a la misión que la Beata María Inés, quiso tanto, por ser la Primogénita misión de la Congregación.

Nuestro Espíritu de Familia: Donde las Culturas se Abrazan

En la comunidad de Tokyo, integrada por hermanas japonesas, mexicanas y costarricenses, se les recibió con los brazos abiertos y todo el espíritu de familia que nos caracteriza. Hubo flores, cantos oración de acción de y mucho cariño para nuestras hermanas.  

Este encuentro nos recordó una verdad preciosa, que nuestras comunidades son bellamente multiculturales. Podemos venir de diferentes países, hablar distintas lenguas y tener costumbres variadas, pero es Cristo el centro de nuestra vida y misión. Él es la fuerza capaz de integrar todas las culturas, ¡y no saben cuánto enriquece esto nuestros apostolados! Esta diversidad es parte de nuestro tesoro, y una potente herramienta que nos permite servir mejor y con más amor a cada persona.

¡Un Llamado a la Esperanza Cumplido!

La llegada de las Hermanas Aseema y Amisha a Japón es un testimonio vivo de que la misión sigue latiendo con fuerza. Fue un recordatorio poderoso de nuestro compromiso de llevar el amor de Jesús y de su Santísima Madre a cada rincón.

Nos encomendamos mucho a sus oraciones por ellas en esta nueva etapa. ¡Con la fe y certeza de que, con la llegada de estas hermanas, las puertas de Japón se han abierto aún más para el Evangelio! ¡Te invitamos a seguir de cerca nuestro blog y redes sociales para conocer más la vida y obra de la Beata María Inés Teresa y como las Misioneras Clarisas van transformando, con su labor y presencia la vida de muchas personas!

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Nuestros patrones
San José

San José fue el esposo de la Virgen María y el padre adoptivo de Jesús. La Biblia nos lo presenta como un hombre bueno, justo y trabajador. Era carpintero y artesano, y con su esfuerzo cuidó y sostuvo a la Sagrada Familia.
Su vida nos enseña el valor del trabajo hecho con amor y dedicación, y cómo desde lo sencillo se puede colaborar en los planes de Dios.
San José es patrono de toda la Iglesia, y también es copatrono de nuestra Congregación, las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Desde los inicios, Madre María Inés lo eligió como protector de esta obra misionera, confiando en su ayuda y guía para acompañar a los misioneros en su camino.
Hoy seguimos sintiendo su cercanía, su silencio lleno de fe y su protección como padre amoroso.

Nuestros patrones
Virgen de Guadalupe

La Virgen de Guadalupe se apareció en 1531 a Juan Diego, un hombre sencillo y creyente, en el cerro del Tepeyac (hoy parte de la Ciudad de México). Le pidió que se construyera un templo en ese lugar, como muestra de su amor y cercanía con su pueblo.
Desde entonces, la Virgen de Guadalupe es una madre muy querida, especialmente por los pueblos de América Latina. Ella es un símbolo de consuelo, esperanza y ternura para quienes confían en su intercesión.
Para nosotras, las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, la Virgen de Guadalupe tiene un lugar muy especial. El 12 de diciembre de 1930, durante su profesión religiosa, nuestra fundadora Madre María Inés Teresa vivió una experiencia espiritual profunda: sintió en su corazón que la Virgen le prometía acompañarla en su misión y darle las gracias necesarias para tocar los corazones de muchas personas
Desde ese día, María de Guadalupe es nuestra patrona y madre espiritual, y sabemos que camina con nosotras en cada paso de nuestra vocación misionera.

Alegría

La alegría es una marca que queremos llevar siempre. Nuestra sonrisa no es solo por fuera, es una expresión de lo que sentimos por dentro: una gratitud profunda por ser llamadas por Dios y amadas por Él. Esa alegría brota de sabernos suyas, de saber que nuestra vocación es un regalo.

Eucaristía

Para nosotras, Jesús en la Eucaristía lo es todo. Él es quien nos guía, quien nos ama y nos da fuerza. La misa, la adoración, y todo lo que rodea al Santísimo Sacramento es el centro de nuestra vida. Es el alimento que nos nutre el alma y el corazón.

Mariana

Tenemos un cariño muy especial por la Virgen María. Ella es nuestra Madre, nuestra guía y nuestro refugio. En especial, reconocemos a la Virgen de Guadalupe como nuestra patrona. A Ella le confiamos nuestros sueños, nuestras misiones y la conversión de las almas.

Misionera

Nuestra forma de ser misioneras no siempre es viajando o predicando con palabras. Muchas veces nuestra misión es rezar, ofrecer sacrificios y estar disponibles para ayudar en la conversión de los corazones. A través de la oración y el servicio, buscamos acercar a las personas al amor de Dios.

Sacerdotal

Sentimos que Jesús nos invita a seguirlo muy de cerca, como lo hizo en su vida pública, entregándose completamente a los demás. Nosotras también queremos vivir así: dándonos sin reservas y agradeciendo la oportunidad de ofrecer nuestra vida por amor, igual que lo hizo Él. Queremos ser una especie de «ofrenda viva», unidas a Jesús Sacerdote, para el bien de todos.